Ernesto David Ramos Hernández
Defensor independiente y Luchador social
*2012, inicio del cambio *Crisis económica y violencia *Consejo Económico y Social
EL PROBLEMA
El esperado año 2012 por fin ha llegado, junto con un cúmulo de ilusiones y esperanzas por un México mejor, y desde luego, prioritariamente por una situación económica y social más favorable en el corto y largo plazo. para todos. Pero, resulta que venimos arrastrando una crisis general del sistema, de alcance internacional, que está provocando empobrecimiento generalizado y violencia crecientes en nuestra población que nos afecta por igual a la población, por lo que es pertinente una reflexión sobre los cambios urgentes que se requieren, para que el sistema se transforme en bien de la sociedad y del medio ambiente natural.
Si observamos con detenimiento, las crisis económicas son cíclicamente inducidas, es decir que se fomentan cada determinado tiempo, afectando a la mayor parte de los sectores sociales, y en particular a los pobres, que representan la parte más grande de consumidores de la sociedad. Estas crisis se originan de una parte, por los errores en la toma de decisiones de quienes están al frente de la ejecución de las políticas públicas de los gobiernos, que previamente debieran analizar y calcular, con toda precisión, los efectos de los actos que realizan, y de la otra parte, de las ambiciones de quienes integran el sector del poder financiero, que sin importarles las consecuencias, son capaces de especular, inundar o vaciar los mercados, con tal de aumentar inmediatamente sus ganancias.
Entre los principales efectos negativos de estas crisis en la sociedad, se encuentran la inflación ascendente, la reducción del valor real de los salarios, la carestía de los bienes básicos, la creciente importación de alimentos indispensables, el aumento del desempleo, el constante deterioro de la calidad de vida, el continuo desarrollo de la delincuencia, la infestación masiva de enfermedades y una mayor mortandad en la población, con efectos colaterales destructivos en el medio ambiente y la naturaleza.
Por ello, se requiere introducir en el sistema las modificaciones adecuadas, pero estas no deben ser generadas por una sola persona, sino deben impulsadas por toda la sociedad consciente, activa, productiva y participativa. Lo que nos debe llevar como integrantes de esta sociedad, a plantear, solicitar, exigir y propiciar que se realicen estos necesarios, indispensables e inevitables cambios, antes que las masas impulsadas por la incertidumbre y desesperación, nos arrastren en una senda de violentos movimientos, que nos conducirían a crisis aún mayores.
LA SOLUCION
Toda crisis al tiempo de hacernos padecer sus más amargos estragos, si sabemos interpretarla adecuadamente, revertirla apropiadamente y reconvertirla positivamente, también se transforma en una oportunidad para superarla. La sabiduría popular aconseja, para grandes problemas, grandes soluciones.
En nuestro sistema la toma de decisiones es vertical, si en el gobierno un alto funcionario toma una decisión, esta se transmite a los mandos inferiores sin importar sus resultados más que en términos estadísticos, para ver si se alcanzaron o no las metas. Pero aunque la decisión haya sido la correcta, muchas veces cuando llega a ejecutarse, ya es demasiado tarde o se ejecutó con desviaciones. Independientemente de que por la corrupción, el recurso asignado ya no llega en el mismo monto al su fase final.
Por ello se propone, rescatando nuestras tradiciones comunitarias y respetando los órganos constitucionalmente establecidos, que se conforme un nuevo mecanismo para la consulta y toma de decisiones en sentido transversal, estableciendo un Consejo Económico y Social (CES), para cada nivel: federal, estatal y municipal o delegacional en el caso del Distrito Federal.
Este órgano permitiría, que representantes del gobierno y de todos los sectores sociales, se sentaran a una misma mesa, a analizar y tomar por consenso las decisiones económicas y sociales más importantes y trascendentes, en beneficio real de la población, analizando a profundidad las características, alcances y consecuencias de cada decisión e introduciendo las adaptaciones oportunas en el proceso de instrumentación.
En torno a la mesa podrían estar integrados representantes, titular y suplente, de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, así como de los sectores: Obrero, Campesino, Indígena, Empresarial, Eclesial, Financiero, Educativo-Deportivo-Cultural, Científico-Tecnológico, Turístico, Militar-Policial, Informativo y de Comunicación, Derechos Humanos, entre otros.
Una primera tarea de el CES, sería identificar los principales problemas económicos y sociales a resolver, y por consenso priorizar el orden y simultaneidad de su análisis y planteamiento de las soluciones posibles, viables y factibles.
En el caso del presupuesto público, el CES analizaría y tomaría por consenso las decisiones mas convenientes y oportunas en el proceso de instrumentación del financiamiento, inversión y gasto público, asumiendo con responsabilidad la implementación de medidas legales de racionalidad, control, disciplina, austeridad y transparencia.
En el caso de los indicadores económicos, el CES establecería los criterios para que su levantamiento fuera lo mas objetivo y preciso, con el objeto de medir y evaluar constantemente los resultados de las políticas públicas.
En el caso de la producción de bienes de consumo, el CES podría mediante el consenso acordar el establecimiento de un programa de desarrollo industrial y comercial, que nos conduzca al establecimiento de un conjunto de empresas con capacidad para la producción de artículos con calidad internacional, para la plena satisfacción del mercado interno, aprovechando los excedentes para la exportación.
En el caso de la alimentación el CES podría acordar establecer una política de autosuficiencia alimentaria, mediante la instrumentación de un programa de producción de alimentos básicos y estratégicos, así como alimentación y nutrición segura y a precios accesibles para la mayoría de la población, hasta llegar a una política alimentaria de cero hambre.
Visto el enorme costo que constituye actualmente la lucha contra la delincuencia, en detrimento de otras prioridades económicas del país, sin que ésta disminuya significativamente, aún con la enorme pérdida de vidas humanas y violaciones constantes a los derechos humanos, en este nuevo órgano se podría consensar y acordar un programa de seguridad nacional anticrimen, que aumente significativamente la oferta de empleo en la ciudad y en el campo, disminuya el analfabetismo real y funcional, incremente la calidad educativa, disminuya el costo de ésta y prevea que el combate al crimen, se realice con más eficacia e inteligencia que violencia.
En otro caso el CES podría diseñar, mediante el consenso, una política económica con base en las necesidades y expectativas reales de la sociedad, para construir un modelo de desarrollo económico y social, con metas precisas a corto, mediano y largo plazos, para la federación, los estados y los municipios.
Las sesiones que realice el CES deberán ser públicas y transmitidas en vivo a la sociedad a través de los medios de comunicación televisiva, radiofónica e internética, con posibilidad de que la sociedad aporte sus opiniones durante el proceso.
Por lo anterior, para evitar la profundización de la crisis económica, INICIATIVA CIUDADANA propone que la Sociedad y el Estado, analicen la creación de esta figura jurídica y en consecuencia se realicen las reformas legislativas correspondientes, a fin de instrumentar los Consejos Económicos y Sociales en todo el país.